Los dos casinos flotantes que posee Cirsa en el puerto argentino de Buenos Aires están cerrados al público desde principios del mes. Esto se debe a un conflicto sindical, ya que como los representantes de la propia compañía lo indican “el capitán y los oficiales del barco forman parte de un sindicato, mientras que el resto de trabajadores del casino están afiliados a otro y exigen la equiparación de las condiciones laborales”. El cese del funcionamiento de los casinos flotantes de Cirsa no contribuye a mejorar la situación que está atravesando la compañía catalana. En el año 2006 la empresa había registrado pérdidas de 8,4 millones de euros, aunque este monto significa una pequeña mejora respecto a los 34,5 millones de euros que perdió el grupo en el año 2005.
Se dice que el presidente argentino Néstor Kirchner tiene la intención de que Cirsa traspase los casinos flotantes al empresario del sector del juego Cristóbal López. Cirsa cedería entonces a López el 50 % del capital y la gestión de los barcos, mientras que a cambio éste le otorgaría la mitad de las acciones del casino de Rosario.
Las ruletas de los dos casinos flotantes del puerto de Buenos Aires son las más rentables que Cirsa tiene en el mundo. En el año 2006, estos dos casinos aportaron a la compañía catalana el 8 % de sus ingresos totales, unos 133 millones de euros, y el 30 % de su beneficio antes de impuestos y amortizaciones, aproximadamente unos 43 millones de euros.
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